Literalmente en la frontera entre Bolivia y Perú, esta pequeña isla cubre sólo 0,8 km². Los paisajes son escarpados y tallados por los vientos que soplan en el lago Titicaca. La leyenda dice que las papas y el maíz crecen aquí por su cuenta, y que desde allí fueron traídos al continente y cultivados por los Incas. La otra leyenda es que no se puede acercar a la isla o si no, estallará una tormenta, porque los dioses la protegen.